Tres poemas del libro Iluminaciones (1875) de Arthur Rimbaud
PARTIDA
Visto suficiente. La visión se ha vuelto a encontrar en todos los aires.
Tenido suficiente. Rumores de las ciudades, por la noche, y al sol, y siempre.
Conocido suficiente. Los parones de la vida. - ¡Oh Rumores y Visiones!
¡Partida en el afecto y el ruido nuevos!
Tenido suficiente. Rumores de las ciudades, por la noche, y al sol, y siempre.
Conocido suficiente. Los parones de la vida. - ¡Oh Rumores y Visiones!
¡Partida en el afecto y el ruido nuevos!
REALEZA
Una hermosa mañana, en un pueblo muy amable, un hombre y una mujer soberbios gritaban en la plaza pública. "¡Amigos míos, quiero que sea reina!" "Quiero ser reina". Ella reía y temblaba. Él hablaba a los amigos de revelación, de prueba terminada. Se extasiaban el uno junto el otro.
De hecho fueron reyes toda una mañana en que las colgaduras carmesíes se desplegaron en las casas, y toda la tarde, en que juntos avanzaron hacia los jardines de palmas.
De hecho fueron reyes toda una mañana en que las colgaduras carmesíes se desplegaron en las casas, y toda la tarde, en que juntos avanzaron hacia los jardines de palmas.
A UNA RAZÓN
Un golpe de tu dedo sobre el tambor descarga todos los sonidos e inicia la nueva armonía.Un paso tuyo. Y es el alzamiento de los hombres nuevos y su caminar.Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo amor! Tu cabeza gira, - ¡el nuevo amor!"Cambia nuestros lotes, criba las plagas, empezando por el tiempo", te cantan esos niños. "Eleva no importa adónde la sustancia de nuestras fortunas y nuestros anhelos", te ruegan.Llegada desde siempre, tú que irás p or todas partes.
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